"No sabemos si están vivas o no, no hemos recibido ninguna comunicación. Lo único que podemos hacer es llegar al refugio lo antes posible", declaró el jefe de operaciones del grupo de salvamento, Suseno.

Los dos son vecinos del pueblo de Glagaharjo y trabajan como voluntarios en las labores de asistencia generadas por el volcán.

Según Suseno, en el interior del búnker hay agua y botellas de oxígeno para que cinco personas sobrevivan entre dos o tres días.

Sin embargo, no disponen de electricidad porque ésta fue cortada tras la avalancha volcánica.

Las dos puertas de entrada al búnker quedaron bloqueadas por piedras y arena de la nube ardiente expulsada, que quemó todo lo que encontró a su paso hasta unos siete kilómetros del cráter.

El jefe de operaciones destacó que las tareas de rescate comenzaron esta madrugada y se reforzaron a media mañana con la llegada de efectivos militares, excavadoras y demás maquinaria pesada.

Erupciones inesperadas

La erupción del miércoles se produjo un día después de que las autoridades locales redujeran el estado de alerta del volcán y de que la mayoría de evacuados regresasen a sus hogares por primera vez en semanas.

Con la emisión de las nuevas nubes ardientes, las mayores en dos meses, miles de residentes huyeron presa del pánico montaña abajo a pie o en vehículos motorizados.

Polémica reducción de la 'alerta'

Numerosos residentes han criticado la decisión gubernamental de reducir el estado de alerta del Merapi un día antes de la fuerte erupción, pero la medida ha sido defendida por el ministro de Energía y Recursos Minerales, Purnomo Yusgiantoro.

El ministro declaró que la disminución de la alerta, del rojo al amarillo, estaba justificado por el descenso de presión en el interior del volcán tras el desplome de gran parte del nuevo cono volcánico hace una semana.

"El tamaño del cono volcánico ha descendido en un 70%. El 30% restante parecía estable. Por eso decidimos rebajar la alerta", indicó Yusgiantoro en el palacio presidencial, según el rotativo local "Kompas".

Las autoridades locales restablecieron el miércoles el estado de alerta máxima en el Merapi, conocido por sus imprevisibles cambios de actividad.

Desde 1458 este volcán, el más activo del archipiélago indonesio, ha registrado unas 70 erupciones.

En la peor catástrofe reciente, en 1994, más de 50 personas murieron abrasadas vivas por nubes ardientes en una erupción mucho mayor de lo prevista.